¿Qué es la terapia humanista?
En la psicología y psicoterapia hay múltiples enfoques y terapias distintas desde los que entender la mente humana. La terapia humanista es una de ellas: nace en los años 60 como una respuesta crítica al conductismo y al psicoanálisis, las dos terapias principales e imperantes de la época, para reclamar una posición más activa, emocional y global del individuo. Autores famosos de esta corriente son Maslow, Rogers y Viktor Frankl.
Esta corriente de terapia se centra en el estudio y comprensión de la experiencia subjetiva y el potencial humano para el crecimiento personal, poniendo el foco en las emociones del paciente. Los fundamentos giran en torno a los siguientes conceptos:
Autorrealización: Se refiere al impulso innato de cada individuo para alcanzar su máximo potencial y desarrollarse hacia su ser más completo y auténtico.
Autoconcepto: Es la percepción y la imagen que una persona tiene de sí misma, incluyendo sus creencias, valores y experiencias personales.
Enfoque en el aquí y ahora: la experiencia y el crecimiento en el momento presente, en lugar de centrarse demasiado en el pasado o futuro, para poder hacer un trabajo más adaptado al día a día del paciente.
Empatía y aceptación incondicional: hay una gran importancia en proporcionar un ambiente terapéutico de apoyo, empático y sin juicio, donde el individuo se sienta aceptado tal como es.
Dentro de la psicología humanista hay distintas terapias: psicoterapia Gestalt, terapia centrada en la persona, logoterapia, terapia de enfoque existencial, psicodrama... etc. Cada una de estas terapias tiene sus propias características, técnicas y enfoques particulares, pero todas comparten una perspectiva centrada en el individuo, el crecimiento personal, y la importancia de la autenticidad, la libertad y la autoconciencia.